Mucha gente no cree en las propiedades curativas de los cristales de cuarzo. Tal véz nunca hayan sentido sus energías sanadoras. La causa de que no sintamos las energías de los cuarzos es debida a nuestro estrés diario, agovio y fijación en el mundo físico. La energía de los cristales no se puede cambiar, pero sí podemos cambiar nuestras propias energías. Cuanto más relajados estemos más se eleva la frecuencia vibracional de nuestra alma y más cerca estaremos de las frecuencias energéticas de los cristales. Entonces sentirémos la energía de los cristales. Sería como sintonizar una emisora de radio.
De todas formas, los cristales de cuarzo y sus cualidades de amplificación, almacenamiento y reflexión las utilizamos todos los días en aparatos y electrodomésticos de uso común, como pudieran ser los teléfonos móviles, los ordenadores, los chips de las tarjetas de credito, las pantallas de cuarzos líquidos, amplificadores de aparatos de música y como no los famosos relojes de cuarzo.
En aparatos de aviación y en medicina también se utilizan los cuarzos, por ejemplo: El rayo lázer, que utiliza un diamante.
Pero no queda ahí, sino que cristales comemos a diario. El azúcar, la sal, la vitamina c, etc... son muy buenos ejemplos.
Así que el que no ¨crea¨ en las propiedades energéticas de los cristales es por desinformación o poca cultura general.
Dios nos creó de la Tierra y está totalmente cientificamente demostrado que nuestro cuerpo físico está compuesto de todos los minerales, metales y cristales de los que está formada la Tierra, los cuales necesitamos para mantener nuestro cuerpo sano.
Las propiedades de los cristales de cuarzo nos siguen asombrando, equilibrando nuestras energías aún cuando nosotros mismos no tenemos fuerzas para hacerlo. Pero, no solo nos sanan, sino que también nos ayudan en nuestro desarrollo personal y espiritual, nos protegen y nos dan fuerzas, vigor y ganas de vivir.
Sin duda alguna los cristales de cuarzo pueden llegar a ser nuestros mejores amigos.
